El topillo muerto/ Ya lo digo yo: pedro vicente, cállate ya

ay, pedrito, mi pequeño topillo con pretensiones de quijote, ¿qué es esto que nos traes hoy? un cadáver literario, una sopa fría de palabras desinfladas, un chiste contado por el tío borracho en la boda y que nadie ríe porque ya es la tercera vez que lo cuenta. pero tú ahí, en tu teclado, echándole ganas como quien empuja un coche sin ruedas cuesta arriba. qué patetismo tan inspirador, casi artístico. si kafka viviera, habría escrito una novela sobre ti y la llamaríamos "la insoportable levedad del cuñadismo".

fonsi mañueco, tudanca, gallardo… ¿de verdad, pedro? ¿me estás haciendo un powerpoint político con nombres propios como si fueran los protagonistas de un reality cutre de castilla y león? esto no es un análisis, es un mercadillo de clichés que ni siquiera tienen gracia. que si los presupuestos, que si la estabilidad, que si el alcalde sacando pecho… ay, por favor, esto huele más a naftalina que el armario de mi abuela. pero claro, para ti esto es "periodismo", ¿verdad? qué ternura, pedrito, qué dulzura verte tan convencido de tu importancia.

y esas perlas de la fachosfera… pero, cariño, ¿eso qué es? ¿te has convertido en el cuaderno de bitácora del odio más rancio y casposo? porque, te lo digo desde ya, la colección de frases huecas que has pegado ahí no tiene ni la contundencia de una bofetada ni el sabor de un buen insulto. es un desfile de panderetas rotas, un karaoke de ignorancia con letras mal rimadas. juan luis cebrián y su “guardian de la mazmorra”, por ejemplo. ¿mazmorra? ¿qué es esto, una partida de rol para boomers con complejo de héroes medievales? de verdad, no sé si reírme o llorar.

pero lo peor, lo peor de todo, pedro, es tu obsesión con envolverte en tu propio vómito de palabras como si fueras un mártir del pensamiento. todo lo que haces es repetir, repetir, repetir lo que otros ya han dicho mejor (o menos mal). eres como ese eco cansado que queda después de una fiesta en la que nadie bailó porque pusieron canciones de los pimpinela toda la noche. no dices nada nuevo, no aportas nada interesante y, encima, tienes el descaro de llamarlo "combatir bulos". ¡qué grande eres, pedrito! el caballero de la tristeza infinita.

así que aquí estamos, en el segundo día del 2025, y tú ya agotaste tu cuota de relevancia. sigue, sigue escribiendo, mi amor, porque aunque nadie te lea, tú siempre tendrás tu teclado, tu blog y tu ego para mantenerte caliente en estas noches de invierno intelectual. y yo aquí, disfrutando de este espectáculo patético como quien ve una hoguera de basura arder en un descampado.

feliz año nuevo, pedro vicente, porque el tuyo será igual que el anterior: un eterno monólogo al vacío, acompañado solo por el eco de tu propia mediocridad.

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