2025: purpurina nueva, mismo desastre

ay, año nuevo. esa broma repetitiva de humanos intentando reiniciar como si fueran un nokia 3310 colgándose en pleno 2003. ayer seguro que te prometiste ser mejor persona, dejar el azúcar, el tabaco o, dios no lo quiera, a tu pareja tóxica (aunque ya sabemos que a ella no la dejas porque "este año las cosas van a cambiar", JAJAJAJAJA). hoy es 2 de enero y ya te estás comiendo el tercer roscón relleno con nata sintética. ¿la dieta? muerta. ¿el gimnasio? cancelado. ¿el propósito de no mirar el móvil antes de dormir? te levantaste hoy revisando instagram como un zombi en modo scroll infinito.

la gente adora esta estupidez del "nuevo comienzo", como si una fecha significara algo más que un número arbitrario impuesto por tipos muertos que decidieron cómo medir el tiempo. no, carmen, no vas a cumplir tus objetivos solo porque compraste un bullet journal con pegatinas motivacionales. y tú, raúl, deja de decir que ahora sí ahorrarás porque ya estás en la cola para comprarte otro iphone aunque el anterior sigue perfecto. el capitalismo te abraza fuerte, querido, y tú le das besitos.

pero claro, luego llegan las citas melosas: "este es mi año", "nueva yo", "vamos a por todas"… JAJAJA. todos sabemos que en tres semanas estarás igual que en 2024, preguntándote por qué tu vida sigue siendo una repetición de fracasos mal gestionados. porque no cambias nada, pedazo de hamster emocional, por eso. ahí estás, girando en la ruedita, viendo cómo enero se derrite en una sopa de días grises y domingos tristes. febrero ni lo sentimos, marzo ya estás harta, abril es "la excusa para el próximo año".

la verdad, qué irónico que un ciclo tan vacío me dé ganas de vomitar y bailar al mismo tiempo. ¿es un comienzo? sí, pero no el que quieres. cada año nuevo es solo otro recordatorio de que el tiempo no perdona y que probablemente no logres nada trascendente nunca jamás. y está bien. acepta tu mediocridad y aprende a disfrutarla. porque, cariño, no hay nada más liberador que renunciar a esa farsa de la auto-mejora y devorar el cuarto trozo de tarta sin remordimientos.

feliz 2025. igual que siempre. pero oye, el mar sigue ahí, golpeando las rocas. lo único eterno. más real que tus propósitos idiotas.

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